
Pero la persona de mayor rango, encargada de la lanzadera nuclear designada, Stanislav Petrov, tenía sus dudas. Él pensaba que el radar estaba fallando. El Secretario General de entonces y líder máximo de la Unión Soviética, Yuri Andropov, lo llamó por teléfono y le dijo: "Arroja los misiles nucleares ya". El teniente coronel Petrov contestó: "No".
Es probable que, ninguno entre ustedes se haga siquiera la menor idea de los "pantalones" que requirió hacer eso. Eran 50% de probabilidades, el teniente coronel, contra el radar "OKO". El Estado Mayor soviético había elegido un bando, no querían correr riesgos, estaban dispuestos a empezar la guerra. Pero para Stanislav Petrov, no valía la pena. Si iban a ser atacados con bombas atómicas reales, de acuerdo. En su lógica, al menos la Tercera Guerra Mundial, evitaría millones de bajas inocentes del otro lado del mundo. Llamó el general a cargo de la KGB para amenazarlo, pero Petrov se negó a disparar.
Resulta que "OKO" había fallado, la corazonada de Petrov fue cierta. ¿Qué hacer con un teniente coronel que desobedeció nada menos que al secretario Andropov?, ¿Castigarlo?, el tipo había tenido razón, era un héroe, pero era uno que dejaría en ridículo al Estado Mayor. Simplemente lo dieron de baja poco tiempo después.
Afortunadamente la historia de Stanislav Petrov surgió después por parte de militares con mucho honor que, hasta el día de hoy, después de su muerte natural, lo recuerdan como lo que fue, uno de los mayores héroes del Siglo XX. Y una de las cosas mas interesantes que dice Putin al respecto es ésta: "Si lo mismo hubiera sucedido en Estados Unidos, ellos no habrían dudado un segundo en destruir a la otra mitad del mundo"
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